domingo, 6 de diciembre de 2009


Era su cabello oscuro,sus ojos azules el color,su vida un temblor por cada herida y un repentino ataque de tos.No conocía muy bien lo que era la vida,pero aún así sonreía y estaba feliz; su pobre corazón estaba derrocado,entre unas rejas alocado de su propia desolación. Caminando el sendero del alba,mira la banquina empedrada de su ruta peculiar,insólita y retribuída a tantas horas de lujurioso andar conoció a un gabilán,que le invitó un sorbo de agua,a su boca decierta de imbálida saliba. Le dijo -por un solo beso le doy mil rosas y una a una le saco sus espinas-,y ella le contestó: -Ni por una ni por mil,ni una por cada espina,solamente le regalo un beso,a cambio de su campo con flores amarillas-.~

No hay comentarios:

Publicar un comentario