Como amar sin decirlo, el peor pecado.
Sentir un suspiro del alma, el alba
Clara y sencilla, sonroja mi ser y
Ver, una sábana de sueños tibios
Que acompañaron mi exilio en el ayer, en el
Que vi partir a mí querer, bajo la noche
En pleno ceno.
Veo sus ojos y puedo ver, su alma. Pequeño.
Ese niño que tanto puedo querer, y cobijarlo
Entre mis brazos, conocí lo que es tener, tan cercano el motivo por el que vivo, mimarlo en silencio me da el alivio, de tener cerca mío, el calor de mis latidos.
Al mirarlo siento, que el remedio al dolor está aquí conmigo, acariciar sus mejillas
Tan bellas, y ver el verde de sus ojos, en una tierna pradera. Ése cuerpo que lleva dentro, un torrente de agua cristal, un mar de tranquilidad y un océano en su inmensidad, todo eso tu me das, cuando me dices Te Quiero.
Es en vano comparar, las dificultades del caminar, porque cuando te veo al llegar, siento en provecho, todo lo recorrido, porque es como andar en el desierto y encontrar, un tesoro perdido, bajo un cielo de eternidad, y tú mi sol infinito, nunca dejes de brillar, pues de ti me ilumino.
Una fuerza imperial, para acompañar con el vino, del que me quiero emborrachar, el dueño de mi destino, el pájaro que sabe cantar, la sabia que corre en el árbol, del que siempre me inspirad, la mano que escribe las palabras con las que hoy he de contar, ésta mi historia y mi final
2.10.09’
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