lunes, 19 de abril de 2010

~...

Aún habiendo perdido casi todos mis tesoros,
Nunca dejé de luchar para ser feliz.
Cuando sentía que me hundía y no podía salir,
Alcé los brazos hacia el cielo para encontrar una salida.
Y a veces nadie aparecía, a veces solo eran fantasmas.
Con cada error me hice más fuerte, más grande,
Creí en las cosas verdaderas, vulnerables.
Pisé el suelo con tanta fuerza, que rasgué la senda por donde caminaba,
Y en tantas otras no desprendí huellas, no quise dejar rastro de mí.
Una luz al final del camino me enseñó el sentido del sufrir,
Siempre hay calma luego de la tormenta, siempre hay paz.
Aunque las cosas que quiero a veces se destrocen en pedazos,
Aunque el dolor se haga eterno en mis párpados,
Aunque las heridas sean profundas, no tengo miedo.
Tengo valor de seguir, de perseguir mis sueños.
Y todo lo malo tiene por consecuencia algo bueno,
Una recompensa después de tanto sinsabor.
Sé que no es fácil, cambiar de ruta en medio del camino,
Pero a veces, es necesario alejarse de esos destinos.
Y no hay más que seguir, con la cabeza agacha,
Pero fe en la mirada.
Y le pido a Dios, que este amor , me haga mas fuerte.



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