En fin, no viene al caso. Este es como el diario intimo no tan intimo.

Hoy vuelvo porque eso también ha vuelto y sigo creciendo, sigo aprendiendo que la vida no es solo ver: hay mucho para tocar, mucho para sentir, para escuchar. Y las cosas tristes de la vida en el fondo para algo sirven, aunque a veces exageremos. Aún sigo dando mucho y recibiendo poco como cuando empecé este blog. Y tenía sólo trece años, o tal vez doce, y ya podía identificar bien que cosas me dolían y que no. Ya corría atrás de lo que quería. (Lo hice y me tuve que volver porque me dijo "no puedo ver a nadie llorar" Tengo mucha memoria, y fue hace cinco años.) Que vieja me siento. Me siento dura. Será que no puedo no dejarme llevar por dos caricias. Por dos besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario